Para garantizar que se satisfacen las necesidades de alojamiento del solicitante, teniendo en cuenta sus circunstancias personales y en especial los aspectos de seguridad, este debe ser remitido a un centro adecuado. Puede ser el destinado a solicitantes de protección internacional o uno especializado para víctimas de trata de seres humanos. Remítase a la práctica nacional.